LA "UNIVERSIDAD CHEVROLET PARA TAXIXTAS COLOMBIANOS"
En junio de 2010, la marca Chevrolet, en co-branding con el SENA, crearon la primera universidad para la educación técnica de los taxistas colombianos. El trabajo creativo para promocionar el proyecto estuvo a cargo de la agencia Sancho BBDO que la semana pasada ganó el León de Oro de Cannes en la categoría PR (Relaciones Públicas) por dicha campaña.
El proyecto se convirtió en la bandera de la Fundación Chevrolet en Colombia. El objetivo de esta iniciativa fue brindar al gremio de los conductores una formación gratuita, práctica y flexible, donde cualquier taxista puede capacitarse sin importar la marca del vehículo que posea.
El título “Técnico en Administración del Servicio Individual de Pasajeros”, que los servidores del transporte público obtienen, está acreditado por el SENA. El programa tiene una duración de seis meses y la metodología exige mínimo cinco horas presenciales a la semana, para que los estudiantes adquieran las competencias necesarias para lograr un desempeño eficaz en el entorno laboral.
El plan de estudios está complementado con clases de inglés, sistemas y gestión presupuestal, lo cual les permite que puedan desarrollar su propio plan de negocios y aumentar la productividad, ofreciendo un mejor servicio a los usuarios.
Bogotá cuenta con 50.000 taxis legales que movilizan diariamente un millón de personas; sin embargo, la gran mayoría de los taxistas no saben perfectamente lo que su profesión representa para la sociedad, y es sobre este concepto donde la marca encontró una gran oportunidad para crear una estrecha relación con ellos.
Por otro lado, abrió espacios importantes través de la mejora de su calidad de vida y del reconocimiento que este oficio representa para la gran comunidad urbana. La promesa de dar a sus potenciales clientes la oportunidad de capacitarse técnicamente y obtener un título acreditado por una institución de formación profesional como el Sena, es una situación sin precedentes en el país.
Un año después de lanzado el proyecto, hoy bajo el nombre de “Academia Chevrolet para Taxistas”, ha sido catalogado como un modelo de Responsabilidad Social. Básicamente, y desde el punto de vista de la marca, los objetivos de esta acción de marketing son fidelización del cliente actual y la invitación implícita a otros taxistas, mediante un diálogo medible y beneficioso para ambas partes.
Desde el punto de vista de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), el programa Chevrolet de capacitación es la “contribución voluntaria” que hace la marca para el mejoramiento social y las condiciones de vida de los taxistas y sus familias. A medida que las empresas enfrentan los retos de la globalización y en particular, las nuevas formas de mercadear, aumenta su convencimiento de que la RSE es imprescindible para lograr el beneplácito de las comunidades donde operan. Aunque el objeto principal de las empresas consiste en generar beneficios económicos, pueden contribuir al mismo tiempo al logro de objetivos sociales, integrando la Responsabilidad Social como una inversión en el núcleo de su estrategia empresarial.
El proyecto se convirtió en la bandera de la Fundación Chevrolet en Colombia. El objetivo de esta iniciativa fue brindar al gremio de los conductores una formación gratuita, práctica y flexible, donde cualquier taxista puede capacitarse sin importar la marca del vehículo que posea.
El título “Técnico en Administración del Servicio Individual de Pasajeros”, que los servidores del transporte público obtienen, está acreditado por el SENA. El programa tiene una duración de seis meses y la metodología exige mínimo cinco horas presenciales a la semana, para que los estudiantes adquieran las competencias necesarias para lograr un desempeño eficaz en el entorno laboral.
El plan de estudios está complementado con clases de inglés, sistemas y gestión presupuestal, lo cual les permite que puedan desarrollar su propio plan de negocios y aumentar la productividad, ofreciendo un mejor servicio a los usuarios.
Bogotá cuenta con 50.000 taxis legales que movilizan diariamente un millón de personas; sin embargo, la gran mayoría de los taxistas no saben perfectamente lo que su profesión representa para la sociedad, y es sobre este concepto donde la marca encontró una gran oportunidad para crear una estrecha relación con ellos.
Por otro lado, abrió espacios importantes través de la mejora de su calidad de vida y del reconocimiento que este oficio representa para la gran comunidad urbana. La promesa de dar a sus potenciales clientes la oportunidad de capacitarse técnicamente y obtener un título acreditado por una institución de formación profesional como el Sena, es una situación sin precedentes en el país.
Un año después de lanzado el proyecto, hoy bajo el nombre de “Academia Chevrolet para Taxistas”, ha sido catalogado como un modelo de Responsabilidad Social. Básicamente, y desde el punto de vista de la marca, los objetivos de esta acción de marketing son fidelización del cliente actual y la invitación implícita a otros taxistas, mediante un diálogo medible y beneficioso para ambas partes.
Desde el punto de vista de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), el programa Chevrolet de capacitación es la “contribución voluntaria” que hace la marca para el mejoramiento social y las condiciones de vida de los taxistas y sus familias. A medida que las empresas enfrentan los retos de la globalización y en particular, las nuevas formas de mercadear, aumenta su convencimiento de que la RSE es imprescindible para lograr el beneplácito de las comunidades donde operan. Aunque el objeto principal de las empresas consiste en generar beneficios económicos, pueden contribuir al mismo tiempo al logro de objetivos sociales, integrando la Responsabilidad Social como una inversión en el núcleo de su estrategia empresarial.