Los grandes de Internet no quieren Sopa ni Pipa
El Congreso de Estados Unidos está estudiando una legislación que podría eliminar el internet gratis y abierto. ¿Cómo puede ser un mundo sin conocimiento gratuito?
Las leyes Sopa y Pipa son dos proyectos legislativos que hacen su paso en el Congreso de Estados Unidos, a través de las cuales se busca defender los derechos de autor en Internet. La batalla contra estas leyes tomó gran resonancia a través de la Web, con millones de voces que se unieron para rechazar la iniciativa, a tal punto que los contenidos en inglés de la comunidad Wikipedia quedaron bloqueados al público por 24 horas el pasado miércoles.
La ley Sopa, “Stop Online Piracy Act” (Alto a la Piratería en Línea, SOPA, por su sigla en inglés), otorga poderes especiales a las corporaciones para “proteger su propiedad intelectual y los artículos con derechos de autor”, es decir que puedan bloquear los servidores que tengan material infractor, sin importar en qué país se encuentre alojado.
Por su lado, la ley Pipa, “Protect IP Act”, otorga otros poderes complementarios como son los de silenciar archivos, búsquedas y promociones. Si una empresa cree que una página o una entidad esta “violentando sus derechos” o “redistribuyendo su propiedad intelectual”, puede pedir que el anuncio web desaparezca, lo mismo que la opción de búsqueda, (archivo o formato cache, que es a lo que se dedica Google).
Como era de esperarse, los grandes de Internet como Google, Yahoo!, Twitter, eBay, Facebook y Wikipedia entre otros, pusieron su grito en el cielo, situación a la que se sumaron millones de usuarios de los servicios de Internet, quienes han sentido que su libertad a la cultura y la información gratuita está siendo vulnerada por unos proyectos de ley que consideran contradictorios, en un mundo que abolió las barreras idiomáticas y las distancias culturales.
Según Wikipedia, la iniciativa parlamentaria perjudicaría seriamente la libertad de expresión y el carácter abierto de Internet. Los autores de la enciclopedia que cuenta con más de 20 millones de artículos publicados en 282 lenguas, sostienen que con la excusa de proteger los derechos de autor se permiten medidas que consideran una censura.
Por otro lado, Sopa y Pipa han ganado el apoyo de las industrias de video y música, sectores fuertemente afectados con la masificación de la banda ancha y la aparición de la Web, aspectos tecnológicos que revolucionaron estos sectores, ya facilitaron que los archivos comenzaron a circular en Internet en proporciones nunca antes pensadas, pues a través de tecnología streaming, como el caso de YouTube o MySpace, o redes de usuarios P2P, como eMule o LimeWare, los internautas del mundo entero comenzaron a publicar, descargar e intercambiar archivos, acciones explosivas sin control que han afectado en toda su estructura las industrias mencionadas.
El creador de las leyes Sopa y Pipa es un congresista por el estado de Texas, Lamar Smith, quien ha dicho estar “comprometido” a trabajar en leyes que “salven los trabajos de los estadounidenses y protejan la propiedad intelectual”. En su discurso ha introducido elementos patrióticos como “golpe de efecto”, pero según sus contradictores, el problema de la ley no es su objetivo, sino su método.
Eric Schmidt, presidente ejecutivo de Google, en una declaración dada recientemente a los medios manifestó que: “estas leyes criminalizan el enlazado y la estructura fundamental de Internet. Es como si en la Edad Media alguien hubiese intentado hervir el océano para que no haya piratas”.
Según los gigantes de Internet, las propuestas legales “darían al gobierno estadounidense el poder de censurar y utilizar procedimientos similares a los empleados por China, Malasia o Irán”. “Nosotros tuvimos la oportunidad de fundar grupos o asociaciones que promueven el espíritu empresarial, la innovación, la creación de contenidos y la libre expresión en línea” y afirmaron su temor de que el entorno que les permitió su éxito sea puesto en tela de juicio por los legisladores.
Por último, los dominios han manifestado que harán hasta lo imposible por apoyar al pueblo en su libertad de información y anunciaron llevar su expresión al plano máximo: simultáneamente van a ir en negro antes de las “vistas” de Sopa o Pipa, promoviendo al usuario que contacte a su representante o senador del estado o territorio al que pertenezca, para que el legislador se entere que el pueblo norteamericano no quiere Sopa ni Pipa.
Las leyes Sopa y Pipa son dos proyectos legislativos que hacen su paso en el Congreso de Estados Unidos, a través de las cuales se busca defender los derechos de autor en Internet. La batalla contra estas leyes tomó gran resonancia a través de la Web, con millones de voces que se unieron para rechazar la iniciativa, a tal punto que los contenidos en inglés de la comunidad Wikipedia quedaron bloqueados al público por 24 horas el pasado miércoles.
La ley Sopa, “Stop Online Piracy Act” (Alto a la Piratería en Línea, SOPA, por su sigla en inglés), otorga poderes especiales a las corporaciones para “proteger su propiedad intelectual y los artículos con derechos de autor”, es decir que puedan bloquear los servidores que tengan material infractor, sin importar en qué país se encuentre alojado.
Por su lado, la ley Pipa, “Protect IP Act”, otorga otros poderes complementarios como son los de silenciar archivos, búsquedas y promociones. Si una empresa cree que una página o una entidad esta “violentando sus derechos” o “redistribuyendo su propiedad intelectual”, puede pedir que el anuncio web desaparezca, lo mismo que la opción de búsqueda, (archivo o formato cache, que es a lo que se dedica Google).
Como era de esperarse, los grandes de Internet como Google, Yahoo!, Twitter, eBay, Facebook y Wikipedia entre otros, pusieron su grito en el cielo, situación a la que se sumaron millones de usuarios de los servicios de Internet, quienes han sentido que su libertad a la cultura y la información gratuita está siendo vulnerada por unos proyectos de ley que consideran contradictorios, en un mundo que abolió las barreras idiomáticas y las distancias culturales.
Según Wikipedia, la iniciativa parlamentaria perjudicaría seriamente la libertad de expresión y el carácter abierto de Internet. Los autores de la enciclopedia que cuenta con más de 20 millones de artículos publicados en 282 lenguas, sostienen que con la excusa de proteger los derechos de autor se permiten medidas que consideran una censura.
Por otro lado, Sopa y Pipa han ganado el apoyo de las industrias de video y música, sectores fuertemente afectados con la masificación de la banda ancha y la aparición de la Web, aspectos tecnológicos que revolucionaron estos sectores, ya facilitaron que los archivos comenzaron a circular en Internet en proporciones nunca antes pensadas, pues a través de tecnología streaming, como el caso de YouTube o MySpace, o redes de usuarios P2P, como eMule o LimeWare, los internautas del mundo entero comenzaron a publicar, descargar e intercambiar archivos, acciones explosivas sin control que han afectado en toda su estructura las industrias mencionadas.
El creador de las leyes Sopa y Pipa es un congresista por el estado de Texas, Lamar Smith, quien ha dicho estar “comprometido” a trabajar en leyes que “salven los trabajos de los estadounidenses y protejan la propiedad intelectual”. En su discurso ha introducido elementos patrióticos como “golpe de efecto”, pero según sus contradictores, el problema de la ley no es su objetivo, sino su método.
Eric Schmidt, presidente ejecutivo de Google, en una declaración dada recientemente a los medios manifestó que: “estas leyes criminalizan el enlazado y la estructura fundamental de Internet. Es como si en la Edad Media alguien hubiese intentado hervir el océano para que no haya piratas”.
Según los gigantes de Internet, las propuestas legales “darían al gobierno estadounidense el poder de censurar y utilizar procedimientos similares a los empleados por China, Malasia o Irán”. “Nosotros tuvimos la oportunidad de fundar grupos o asociaciones que promueven el espíritu empresarial, la innovación, la creación de contenidos y la libre expresión en línea” y afirmaron su temor de que el entorno que les permitió su éxito sea puesto en tela de juicio por los legisladores.
Por último, los dominios han manifestado que harán hasta lo imposible por apoyar al pueblo en su libertad de información y anunciaron llevar su expresión al plano máximo: simultáneamente van a ir en negro antes de las “vistas” de Sopa o Pipa, promoviendo al usuario que contacte a su representante o senador del estado o territorio al que pertenezca, para que el legislador se entere que el pueblo norteamericano no quiere Sopa ni Pipa.
