Chávez: “insuperable” Marca-País de Venezuela
La campaña Marca-País de Venezuela con el eslogan: “El destino más chévere es Venezuela”, la inició el Ministerio de Turismo el año pasado con el propósito de impulsar el turismo interno e internacional, pero la difícil situación por la que atraviesa el país no ha permitido su implementación, salvo esporádicos mensajes internos en comerciales de televisión y por la web. A simple vista, la estrategia busca “desanudar” el nombre del difunto comandante de los verdaderos valores de Venezuela.
La medición por los atractivos turísticos es una medida muy importante, pero no la única. Para generar una percepción positiva de un país es necesario modelar sus diferentes expresiones resaltando los valores, sean éstos culturales, turísticos, de educación y cultura, de respeto por el medio ambiente, etc., pero también otros atributos como las libertades de expresión, de ambiente para los negocios y de seguridad para inversionistas.
¿Con qué se asocia Venezuela?
Para expertos en marketing político como Jorge Menéndez, “La imagen del país se asocia al difunto presidente y continuará siendo usada en el futuro próximo”. El experto sostiene: “Chávez será una especie de Robin Hood para mucha gente, como pasa con la imagen del Che Guevara, que no tiene nada que ver con la vida del personaje y lo que realmente hizo”. La figura del comandante ha sido “divinizada” por buena parte de sus paisanos, convirtiéndose en un excelente negocio de merchandising. Estatuillas, mugs, calcomanías, camisetas o retratos se comercializan por toda la República Bolivariana en los almacenes de recuerdos turísticos. Estos elementos se venden más que cualquier otro que pueda identificar el país, y es lo que realmente está posicionado en la mente de los venezolanos y el resto del mundo.
La mirada de Chávez que aparece por todas partes en forma de vallas o grandes murales es otro poderoso elemento de recordación, hábilmente explotado por el régimen. Justo Morao, especialista en publicidad electoral, afirma que “mientras los interesados estén financiando la propaganda, siempre estarán vivos los recuerdos bien sea como la firma en los edificios, los souvenirs o pancartas que muestran esas imágenes en la calle y buscan reavivar esa memoria”.
Sin duda, el líder bolivariano trajo cambios sustanciales en la identidad de Venezuela, a tal punto que ya no se asocia con los valores del pasado. Al respecto, Carmen Beatriz Fernández, Consultora Política sostiene: “Hace 20 años preguntabas en el mundo qué era Venezuela y te decían que petróleo, playas y mujeres lindas, hoy le agregan Chávez”.
La creación de una estrategia se desarrolla desde lo más pequeño, potenciando elementos diferenciadores que construyen la propuesta de valor que destacan y diferencian un país de otros. La mayoría de los países del mundo, comenzando por Estados Unidos, desarrollan estrategias Marca-País enfocadas a destacar sus valores. Alemania, Suiza, Japón y Canadá, por nombrar unos pocos, son asociados por la seriedad y el rigor de su trabajo, por consiguiente hacen crecer la confianza de que todo lo que provenga de ellos es garantizado.
Con todos los problemas y retos que una estrategia de imagen implica, otros países de Latinoamérica han conseguido desarrollar una Marca-País que los han llevado a posicionarse mundialmente como destinos altamente deseables, que no tienen nada que envidiarle a países de Europa, Asia o Norteamérica. En estas naciones el turista se consigue con experiencias de alto nivel, con servicios óptimos, donde el sentido democrático de sus instituciones produce la confianza no solo para disfrutarlas, sino en aspectos como las relaciones comerciales o de inversión.
Al hablar de México se piensa en Cancún, su rico folclor, su música, el picante, las pirámides o la calidez de su gente. Pese a sus problemas con el narcotráfico y otras situaciones de orden social, con todo ello se goza de respeto y libertades sociales. Perú se asocia automáticamente a Machu-Picchu y su gastronomía.
Venezuela es un país chévere, con gente maravillosa y hermosos lugares pleno de valores ocultos, percepciones que el mundo debería asociar con su imagen, no por los problemas por los que hoy lo relacionan, pero mientras persista el totalitarismo, no podrá “desanudar” su verdadera identidad de la imagen de Chávez.
La medición por los atractivos turísticos es una medida muy importante, pero no la única. Para generar una percepción positiva de un país es necesario modelar sus diferentes expresiones resaltando los valores, sean éstos culturales, turísticos, de educación y cultura, de respeto por el medio ambiente, etc., pero también otros atributos como las libertades de expresión, de ambiente para los negocios y de seguridad para inversionistas.
¿Con qué se asocia Venezuela?
Montaje gráfico por CNP News Correspondent |
Para expertos en marketing político como Jorge Menéndez, “La imagen del país se asocia al difunto presidente y continuará siendo usada en el futuro próximo”. El experto sostiene: “Chávez será una especie de Robin Hood para mucha gente, como pasa con la imagen del Che Guevara, que no tiene nada que ver con la vida del personaje y lo que realmente hizo”. La figura del comandante ha sido “divinizada” por buena parte de sus paisanos, convirtiéndose en un excelente negocio de merchandising. Estatuillas, mugs, calcomanías, camisetas o retratos se comercializan por toda la República Bolivariana en los almacenes de recuerdos turísticos. Estos elementos se venden más que cualquier otro que pueda identificar el país, y es lo que realmente está posicionado en la mente de los venezolanos y el resto del mundo.
La mirada de Chávez que aparece por todas partes en forma de vallas o grandes murales es otro poderoso elemento de recordación, hábilmente explotado por el régimen. Justo Morao, especialista en publicidad electoral, afirma que “mientras los interesados estén financiando la propaganda, siempre estarán vivos los recuerdos bien sea como la firma en los edificios, los souvenirs o pancartas que muestran esas imágenes en la calle y buscan reavivar esa memoria”.
Sin duda, el líder bolivariano trajo cambios sustanciales en la identidad de Venezuela, a tal punto que ya no se asocia con los valores del pasado. Al respecto, Carmen Beatriz Fernández, Consultora Política sostiene: “Hace 20 años preguntabas en el mundo qué era Venezuela y te decían que petróleo, playas y mujeres lindas, hoy le agregan Chávez”.
La creación de una estrategia se desarrolla desde lo más pequeño, potenciando elementos diferenciadores que construyen la propuesta de valor que destacan y diferencian un país de otros. La mayoría de los países del mundo, comenzando por Estados Unidos, desarrollan estrategias Marca-País enfocadas a destacar sus valores. Alemania, Suiza, Japón y Canadá, por nombrar unos pocos, son asociados por la seriedad y el rigor de su trabajo, por consiguiente hacen crecer la confianza de que todo lo que provenga de ellos es garantizado.
Con todos los problemas y retos que una estrategia de imagen implica, otros países de Latinoamérica han conseguido desarrollar una Marca-País que los han llevado a posicionarse mundialmente como destinos altamente deseables, que no tienen nada que envidiarle a países de Europa, Asia o Norteamérica. En estas naciones el turista se consigue con experiencias de alto nivel, con servicios óptimos, donde el sentido democrático de sus instituciones produce la confianza no solo para disfrutarlas, sino en aspectos como las relaciones comerciales o de inversión.
Al hablar de México se piensa en Cancún, su rico folclor, su música, el picante, las pirámides o la calidez de su gente. Pese a sus problemas con el narcotráfico y otras situaciones de orden social, con todo ello se goza de respeto y libertades sociales. Perú se asocia automáticamente a Machu-Picchu y su gastronomía.
Venezuela es un país chévere, con gente maravillosa y hermosos lugares pleno de valores ocultos, percepciones que el mundo debería asociar con su imagen, no por los problemas por los que hoy lo relacionan, pero mientras persista el totalitarismo, no podrá “desanudar” su verdadera identidad de la imagen de Chávez.