Guaidó: la "tercera libertad" de Venezuela
Juan Guaidó Márquez se ha convertido en el nuevo libertador de Venezuela. Este ingeniero Industrial de 35 años, es una sorpresa no prevista por el régimen de Nicolás Maduro.
El tamaño de esta inesperada sorpresa ha sido tan potente, que la larga noche de la Revolución Bolivariana parece tener los días contados.
Con un virtuosismo retórico, estatura de estadista y una cabeza "bien amueblada", Guaidó es ahora virtuosismo retórico, estatura de estadista y una cabeza "bien amuebladay la esperanza de millones de venezolanos estrangulados por el hambre, la falta de medicamentos y la tiranía.
Con la legitimidad constitucional, la voluntad popular y el reconocimiento de más de 50 países, Guaidó no solo tiene una cita con la historia y la democracia continental, sino una obligación con la "tercera libertad" de su pueblo. La "primera libertad" se logró con la derrota del ejército español en la Batalla de Carabobo el 24 de julio de 1823. La "segunda libertad" se consigue con la salida del dictador Marcos Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958.
Han transcurrido 61 años y Venezuela vuelve a luchar por su libertad, la tercera en menos de 200 años. Las circunstancias tienen ciertas similitudes con la dictadura de Pérez Jiménez, pero con agravantes muy preocupantes: una crisis humanitaria sin precedentes en la historia latinoamericana y una economía afectada por una hiperinflación que superó el 1.000.000% en 2018. Por otro lado, se calcula que en 2018, solo en deuda soberana, hay unos US$175.000 millones. Estos son algunos de los múltiples problemas que hereda la nueva libertad de Venezuela.
Lee Buchheit conocido abogado de reestructuración de deudas y Mitu Gulati, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Duke, advirtieron que Venezuela tendría una de las crisis de deuda soberana más complicadas del mundo. Para Ricardo Hausmann, economista venezolano que dirige el Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, la clave para iniciar la recuperación de la economía es la inyección rápida de efectivo del Fondo Monetario Internacional por un monto de US$60.000 millones.
Al tomar posesión como presidente interino, Guaidó invito a los venezolanos de todo espectro político a unirse en un solo esfuerzo por restablecer la democracia. "Nos corresponde a nosotros recuperar la normalidad y construir el país próspero y desarrollado de nuestros sueños. Pero para lograrlo primero debemos recuperar la libertad".
"La lucha por la libertad forma parte de nuestro ADN desde la gesta de independencia de América hace doscientos años. En este siglo, los venezolanos nos hemos batido en el asfalto para recuperarla, porque sabemos que lo que se debate no es solo la sobrevivencia de la democracia sino nuestro destino como nación". Concluyó.
Según estimaciones de expertos politólogos, la recuperación económica, política y social de Venezuela es un proceso que puede durar más de una década. De hecho, los ajustes que se hagan para enderezar la situación, son procesos que desgastan y generan impopularidad, por eso se hace necesario un consenso de todos sectores para acordar los puntos fundamentales de la reconstrucción. A pesar de la incomodidad que pueda producir el reacomodamiento del país, nada se puede comparar con los 20 años de opresión y sufrimiento que vivió el pueblo: el tiempo de la "tercera libertad" está muy cerca.
Con un virtuosismo retórico, estatura de estadista y una cabeza "bien amueblada", Guaidó es ahora virtuosismo retórico, estatura de estadista y una cabeza "bien amuebladay la esperanza de millones de venezolanos estrangulados por el hambre, la falta de medicamentos y la tiranía.
Con la legitimidad constitucional, la voluntad popular y el reconocimiento de más de 50 países, Guaidó no solo tiene una cita con la historia y la democracia continental, sino una obligación con la "tercera libertad" de su pueblo. La "primera libertad" se logró con la derrota del ejército español en la Batalla de Carabobo el 24 de julio de 1823. La "segunda libertad" se consigue con la salida del dictador Marcos Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958.
Han transcurrido 61 años y Venezuela vuelve a luchar por su libertad, la tercera en menos de 200 años. Las circunstancias tienen ciertas similitudes con la dictadura de Pérez Jiménez, pero con agravantes muy preocupantes: una crisis humanitaria sin precedentes en la historia latinoamericana y una economía afectada por una hiperinflación que superó el 1.000.000% en 2018. Por otro lado, se calcula que en 2018, solo en deuda soberana, hay unos US$175.000 millones. Estos son algunos de los múltiples problemas que hereda la nueva libertad de Venezuela.
Lee Buchheit conocido abogado de reestructuración de deudas y Mitu Gulati, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Duke, advirtieron que Venezuela tendría una de las crisis de deuda soberana más complicadas del mundo. Para Ricardo Hausmann, economista venezolano que dirige el Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, la clave para iniciar la recuperación de la economía es la inyección rápida de efectivo del Fondo Monetario Internacional por un monto de US$60.000 millones.
Al tomar posesión como presidente interino, Guaidó invito a los venezolanos de todo espectro político a unirse en un solo esfuerzo por restablecer la democracia. "Nos corresponde a nosotros recuperar la normalidad y construir el país próspero y desarrollado de nuestros sueños. Pero para lograrlo primero debemos recuperar la libertad".
"La lucha por la libertad forma parte de nuestro ADN desde la gesta de independencia de América hace doscientos años. En este siglo, los venezolanos nos hemos batido en el asfalto para recuperarla, porque sabemos que lo que se debate no es solo la sobrevivencia de la democracia sino nuestro destino como nación". Concluyó.
Según estimaciones de expertos politólogos, la recuperación económica, política y social de Venezuela es un proceso que puede durar más de una década. De hecho, los ajustes que se hagan para enderezar la situación, son procesos que desgastan y generan impopularidad, por eso se hace necesario un consenso de todos sectores para acordar los puntos fundamentales de la reconstrucción. A pesar de la incomodidad que pueda producir el reacomodamiento del país, nada se puede comparar con los 20 años de opresión y sufrimiento que vivió el pueblo: el tiempo de la "tercera libertad" está muy cerca.
