Vacuna Covid-19, el supernegocio de 2021

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que al menos un 70 por ciento de la población mundial debe vacunarse para poder legitimar la terminación de la pandemia. Esto equivaldría a 5.400 millones de personas inmunizadas, y si tenemos en cuenta que se requiere la aplicación de una segunda dosis, la demanda superará considerablemente la oferta inicial. 
La carrera por obtener una vacuna ha significado una oportunidad de negocio para las empresas biotecnológicas y farmacéuticas. Durante 2020, 2021 y 2022 estas firmas habrán sumado alrededor de 60 mil millones de dólares a su facturación, según cálculos recogidos por Bloomberg, aunque el verdadero impulso del negocio se producirá este año, cuando se espera el mayor volumen de vacunación en la población mundial.

    La diferencia entre las empresas biotecnológicos y las farmacéuticas consiste en que las biotecs utilizan organismos vivos como bacterias o enzimas para fabricar sus antídotos. Por el contrario, las farma solo usan materiales químicos, generalmente artificiales, para crear sus medicamentos.

    Si bien existe cierta superposición entre estos dos tipos de empresas, el alcance de las biotecnológicas es mayor debido a que obtienen sus patentes por 12 años, mientras que las farmacéuticas generalmente tienen los derechos durante cinco años. Esto genera beneficios muy sutiles para las biotecnológicas que deben operar con pérdidas durante algún tiempo, hasta que aparece algún “factor” altamente rentable como la vacuna contra el Covid-19 o el medicamento Zolgensma para tratar la Atrofia Muscular Espinal (AME), lanzado hace tres años por la farmacéutica Norvartis.

    Esta situación explica por qué se producen las alianzas estratégicas entre ellas. Las empresas biotecnológicas que iniciaron el trabajo de la vacuna son: BioNTech, CureVac, Novavax, Janssen, Serum Istitute of India y Moderna entre otras. A los gigantes farmacéuticos: Pfizer, AstraZeneca, Johnson & Johnson (J&J), Sanofi, GlaxoSmithKline (GSK) se les unió Bayer, la poderosa marca alemana dueña de Aspirina, que subió al tren en el último momento a través de un acuerdo de negocio con la biotecnóloga CureVac. Bayer tiene una logística de distribución global que ningún laboratorio del mundo posee, además de una gran experiencia en infraestructura establecida en áreas como operaciones clínicas, trabajo de la cadena de suministro, así como soporte en los países seleccionados.

    El caso más claro de crecimiento será para la alemana BioNTech, asociada con la farmacéutica norteamericana Pfizer, que en la fase III demostró una eficacia del 95%, adelantándose a sus competidores en diciembre de 2020. La alianza de estas dos firmas puede llegar a facturar cerca de seis mil millones de dólares en 2021, cuando se produzca el tope más alto de sus ventas.

    Por otro lado, Moderna, empresa estadounidense, dará un salto muy grande en sus ingresos. Su vacuna, cuya fabricación fue adjudicada al laboratorio madrileño Rovi para todo el mundo, es la más avanzada en plazos. Los resultados preliminares indican una eficacia del 94,5%. Se estima que sus ingresos alcanzarán los cinco mil millones de dólares.

    Novavax (que también dispone de una vacuna en fase III, en la última etapa en pruebas con miles de voluntarios) llegará a los mil millones de dólares y CureVac dará la gran sorpresa en 2022, con mil doscientos millones de dólares según las previsiones.

    Es importante recordar que todas estas empresas han recibido millones de dólares de subvenciones directas para la I+D de la vacuna o mediante contratos de suministro por parte de la UE y Estados Unidos. Así las cosas, la producción del antídoto contra el Covid-19 se convierte en el “supernegocio” del 2021 para la industria farmacéutica.

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